Paso 1
En una cacerola grande a fuego medio, añada 2 cucharadas de aceite. Agregue también la cebolla y el ajo y cocine, removiendo ocasionalmente, de 3 a 5 minutos o hasta que los vegetales comiencen a ablandarse.
Paso 2
Incorpore entonces el caldo, el arroz y el condimento para tacos, y caliéntelo todo junto hasta llevarlo a ebullición. Tape la cacerola y cocine, removiendo de vez en cuando, de 18 a 20 minutos o hasta que el arroz haya absorbido la mayor parte del líquido y esté muy tierno. Retire el resultado del fuego y deje reposar, tapado, durante 10 minutos.
Paso 3
Pase el arroz a un bol grande y deje enfriar hasta que se pueda manipular.
Paso 4
En un tazón pequeño, bata 2 huevos. Añada el resultado al arroz y forme con la mezcla quince bolas de un tamaño de 1/4 de taza. Inserte un cubo de queso fresco en el centro de cada bola y vuelva a enrollarlas para encerrar y sellar el queso en el interior. Colóquelas en una bandeja para hornear forrada con papel pergamino.
Paso 5
A continuación, añada la harina en un recipiente poco profundo. En otro recipiente, bata los huevos restantes con un chorrito de agua. Por último añada el pan rallado en un tercer tercer recipiente.
Paso 6
De una en una, pase las bolas de arroz por la harina, sumérjalas en la mezcla de huevo y páselas por el pan rallado, presionando para que se adhieran los ingredientes. Vuelva a colocarlas en la bandeja de horno forrada con papel pergamino.
Paso 7
Mientras tanto, en una cacerola alta dispuesta a fuego medio, agregue suficiente aceite para que llegue a 4 pulgadas por encima de los lados de la cacerola. Caliente el aceite hasta que brille o el termómetro de lectura instantánea registre 350˚F. Trabajando en tandas, deje caer cuidadosamente las bolas de arroz en el aceite y fríalas, dándoles la vuelta de vez en cuando, durante 3 o 4 minutos o hasta que se doren. Con una cuchara ranurada, transfiera las bolas de arroz a un plato forrado con papel absorbente para que escurran el exceso de aceite.
Sirve las bolas de arroz acompañadas de salsa roja o salsa de enchilada caliente.
Para mejorar el resultado, añade a los huevos batidos del paso 4 una cucharadita de orégano seco mexicano, 1/4 de taza de cilantro o perejil fresco finamente picado.
Estas bolas de arroz empanadas y fritas están hechas con nuestro Arroz Blanco Carolina® y son perfectas como snack o tentempié.
Si quieres picar ajo pero no tienes una picadora, ¡no hay ningún problema! Si necesitas pocos dientes, coloca en una tabla de cortar la cabeza de ajos con la raíz hacia abajo. Presiona la parte superior de la cabeza con la palma de la mano para soltar los dientes.
A continuación, utiliza los dedos para abrir y separar los dientes de la cabeza. Una vez que tengas los dientes separados de manera individual, coge los que necesites para la receta.
Utiliza un cuchillo para cortar el extremo de la raíz y la punta de cada diente de ajo. Coloca la parte plana de un cuchillo profesional sobre un diente, con la hoja en dirección contraria a ti.
Presiona suavemente para aplastar el diente sobre la tabla de cortar. La piel de los dientes debería desprenderse fácilmente.
Coloca tu mano libre en la parte superior de la hoja, cerca de la punta, con las yemas de los dedos tocando el borde fijar el cuchillo (la punta de éste debe permanecer en el mismo lugar mientras picas). Mueve el cuchillo arriba y abajo, de izquierda a derecha, hacia delante y hacia atrás realizando un movimiento de abanico hasta picar los ajos del tamaño deseado.
Lo mejor es picar el ajo fresco justo antes de añadirlo a un plato. Cuanto más tiempo pase entre que picas el ajo y lo utilizas, más enzimas se liberarán y más alicina se producirá. Aunque un tiempo mayor equivale a más sabor, este podría resultar demasiado fuerte si se deja demasiado tiempo.
Si no vas a utilizar el ajo inmediatamente, guárdalo en un pequeño recipiente hermético en el frigorífico hasta que vayas a usarlo. Lo mejor es utilizar el ajo inmediatamente o en la hora siguiente a haberlo cortado. Si el ajo reposa más de 6 horas, puede volverse muy amargo y aportar un resultado demasiado fuerte a la receta.
¡No! El ajo picado es más grueso, de unos ⅛ centímetros o más, y pica más que la picada de ajo. El ajo picado se utiliza para condimentar guisos, sopas o simplemente para dar sabor al aceite de cualquier plato. En la picada el ajo es más fino, del tamaño de un grano de cuscús. La picada se utiliza para salsas, aliños o platos que se saltean y cocinan rápidamente y que no requieren de trozos grandes, como los salteados.
Ahora que ya sabes picar ajo, prueba a preparar este Risotto clásico de champiñones o este Auténtico arroz frito con pollo.
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