Esta sopa de inspiración africana es la excusa perfecta para utilizar todas las sobras que tengas en tu cocina. Con esta receta aprenderás además a preparar tu propio fufu casero, ¡el cual podrás utilizar para disfrutar de hasta la última gota de este sustancioso guiso!
Paso 1
Comience sazonando la carne con sal y pimienta. A continuación, caliente el aceite a fuego medio-alto en un sartén y cocine en él la carne de res durante 5 u 8 minutos, o hasta que comience a dorarse. Transfiera el resultado a la Instant Pot.
Paso 2
Agregue después en el mismo sartén la cebolla, los puerros, la zanahoria y el apio, y disponga el fuego a temperatura media. A continuación, cocine los vegetales durante 3 o 5 minutos, o hasta que se hayan ablandado un poco. Cuando esto ocurra, coloque las verduras sobre la carne que había reservado en la Instant Pot.
Paso 3
A continuación, añada también a la olla las judías verdes, las rodajas de plátano, el tomillo y el ajo, y cúbralo todo con arroz. FInalmente, vierta el caldo y el agua.
Paso 4
Cubra la olla con la tapa y ciérrela. Después, seleccione el modo «Cocción a presión/Manual» y «HIgh», y cocine durante 25 minutos.
Paso 5
Cuando finalice el tiempo de cocción, suelte rápidamente la presión y retire la tapa.
Paso 6
Mientras que se cocina la sopa, prepare la yuca. Para ello, colóquela en una cacerola y vierta agua hasta cubrirla. Después, caliente hasta llevar a ebullición y, una vez que comience a hervir, reduzca el fuego a temperatura media y cocine durante 25 o 30 minutos, o hasta que la yuca este tierna. A continuación, retire el agua, deje que se enfríe un poco y quite la piel de la yuca.
Paso 7
Triture la yuca, el aceite, la sal y la pimienta en un procesador de alimentos hasta obtener un resultado sin grumos (sin que llegue a ser un puré).
Paso 8
Transfiera la mezcla a un tazón grande y bata enérgicamente con una cuchara de madera hasta obtener un resutlado espeso, pegajoso y elástico. Por útlimo, forme con él bolas de un tamaño de 1 pulgada y sirva el fufu con la sopa de arroz.
Para preparar la sopa, puedes utilizar los ingredientes que tengas en tu refrigerador o tu despensa. Para ello, sustituye la carne de res por cerdo o cordero, y elige las verduras que desees, como por ejemplo, chalotas, tomates, hinojo, papas, batatas, calabaza, col y pimientos.
También puedes sustituir el tomillo por romero o salvia.
¡No dejes que te asuste la larga lista de ingredientes de esta receta! Utilízala como una idea de todo lo que puedes echar a la olla. Aprovecha esta oportunidad y utiliza todos los ingredientes que tengas en tu despensa: echa esa media cebolla, esas zanahorias ligeramente pasadas, la media lata de judías… y, en general, todo lo que tengas en la cocina y que pueda estropearse. Esta sopa es aún más sencilla de preparar si echas las sobras, ¡no tendrás ni que sofreírlas! Si quieres disfrutar de una sopa más espesa, similar a un guiso, añade una cantidad mayor de tus verduras favoritas.
¿Tienes sobras de arroz en la nevera? Utilízalo para preparar una de nuestras recetas favoritas: el arroz con leche. De hecho, ¡en esta receta conseguirás los mejores resultados si utilizas arroz previamente cocido y refrigerado!
Esta sopa no sólo es ideal para aprovechar las sobras, ¡sino que también es increíblemente versátil! Utiliza esta receta para preparar distintos platos para consumir en las cenas durante la semana. Además puedes congelarla, por lo que solo tendrás que sacar tu comida pre-porcionada del congelador y disfrutar de una comida casera en el momento que quieras, sin tener que cortar, saltear o cocinar a fuego lento.
Siguiendo esta receta obtendrás 6-8 porciones, así que si te sobran raciones y no quieres comer sopa durante varios días seguidos, puedes guardarla en el congelador. Sigue estos consejos para congelar tus sopas y platos a base de caldo:
1- La prisa nunca es un buen aliado: divide tu sopa en raciones y congélala como mucho tres días después de su elaboración, especialmente si ésta incluye carne. Para conseguir un resultado con la misma consistencia que la sopa recién hecha, coloca lo antes posible las sobras de sopa en un baño de hielo.
2- Divide y vencerás: las cantidades más pequeñas se enfrían, congelan y recalientan de manera más uniforme. Cuanto mayor sea la cantidad de sopa del recipiente, mayor será el riesgo de que se formen cristales de hielo, que afectarán al sabor y a la consistencia de tu sopa. Controlar las porciones no es sólo una cuestión de comodidad, sino que también es crucial para disfrutar de tu comida de forma segura.
3- Espacio para crecer: escoge bolsas de congelación, recipientes de plástico o de vidrio -entre los que se incluyen los tarros de cristal o Mason Jars– aptos para congelación. Además, ten en cuenta de que la sopa se expandirá al congelarse, por lo que deberás asegurarte de dejar suficiente espacio.
Llena tu congelador con una gran variedad de sopas caseras. Entre ellas, no puede faltar la tradicional sopa casera de pollo y arroz, que es la mejor opción para los días fríos de invierno. Prepara y congela una pequeña cantidad de nuestra sopa de verduras con curry y quinoa, y disfrútala en aquellos momentos en los que te apetezca una sopa cargada de especias.